El martes, 25 de Septiembre, 3.500 policías tenían Madrid tomado
para evitar que, lo que al final fueron sólo 6.000 radicales de extrema
izquierda y anarquistas pro-etarras, según “la Gaceta” y
Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno de Madrid, rodearan el Congreso. La cosa acabó como siempre suelen acabar
estas cosas; los radicales, armados hasta los dientes, atacan a la policía, y
ésta, que en realidad no quiere intervenir, se ve obligada a hacerlo en
legítima defensa y en cumplimiento de su sagrado deber.
Al menos es así tal y como lo han contado, tanto la delegada,
como el Ministro de Interior, que al salir de misa, ya vio el tráfico interrumpido por el
Paseo del Prado. 265 kilos de piedras (no
sabemos de qué tamaño), y 4.000 latas de cerveza – es de imaginar que vacías,
si bien no lo dicen - se utilizaron como
“armas” arrojadizas, así como punzones, palos y tirachinas, contra unos
policías que van acorazados, disparan bolas y pelotas, gases, y balas de
plástico, y atizan a quien se les ponga por delante sin mirar nada.
Así que ante actuación tan valiente y limpia, el cuerpo de
policía ha sido felicitado por su
actuación impecable, muy positiva y muy profesional por sus superiores. También el Sindicato Unificado de Policía
(SUP) ha querido dejar claro su posicionamiento, ordenando a sus muchachos
que no se identificaran y que actuaran
con leña y punto.
Lo cierto es uno se queda algo perplejo al ver que para retener
a 6.000 ciudadanos, que en su gran mayoría querían manifestarse pacíficamente y
hacer oír su voz, se utilicen 3.500 policías, algunos de ellos infiltrados
entre los manifestantes, que se sobrepasen en sus funciones, golpeando
salvajemente sin ton ni son, y sin necesidad pero con ganas, que encima se les
felicite, y que nadie pida una explicación del por qué un gasto tan oneroso en la situación en la estamos. Porque
las horas extras de esos 3.500 policías cuestan un dineral. Y total…, para
6.000 manifestantes. Más de un policía por cada dos manifestantes. Y sin contar los que estuvieron efectuando
registros en carreteras, porque nos vamos a una relación de 1 policía – 1
manifestante. La misma que de maestros- alumnos.
3.500
policías armados se vieron rodeados por 6.000 pacíficos ciudadanos
Y ¡cómo no!, nuestro ínclito Jefe de Gobierno, que nunca
abre la boca, tuvo que abrirla esta vez… para meter la pata, pero pienso
que era por el puro que acababa de fumarse, que para mí, que llevaba algo, y no
es la primera vez.
Porque,
durante la conferencia que dio en la Asociación de las Américas, en New York, y
mientras se atizaba a gusto a sus
compatriotas en Madrid, empezó por felicitar a todos los que no salen en las portadas de la prensa ni abren los
telediarios, es decir, que dio un varapalo en toda regla a su gabinete en
pleno de un solo plumazo, policía, Parlamento, rey, Iglesia, todos el establishment,
y hasta al cuerpo de bomberos, que son los que últimamente suelen abrir los
telediarios y estar en las portadas de la prensa. A este paso, terminará por felicitar a los que no le
votan, por ser los más prudentes del país.
Siguiendo con su colocón incontrolado, continuó
diciendo que la crisis por la que
atraviesa hoy Europa es una crisis de confianza. (…) y no hay nada que dé más confianza que sembrar certidumbres y no hay nada
que dé más desconfianza que sembrar incertidumbres, ante un público, ya estupefacto y boquiabierto
ante lógica tan metafísica, y que no sabía si estaba ante Groucho Marx redivivo
o ante el Jefe de Gobierno español, él, el maestro de sembrar incertidumbre.
Para rematar tan impecable faena, cuando le llegó la hora de su
discurso ante la ONU, no debían de habérsele pasado los efectos del puro, y le salió
la pluma franquista. Y como si no
tuviésemos bastante con el Simón Bolívar de Catalunya, volvió al espíritu del
Pelayo de la Reconquista, para hacer el mayor de los ridículos internacionales
reclamando a la Pérfida Albión la devolución del peñón de Gibraltar. Y a
todo esto la prima de riesgo subiendo a 450 puntos y sin decidirse, si va o no,
a pedir el rescate. ¡Fastuoso!
Mariano, por
la Sexta Avenida de New York,
fumando el
puro de marras
Como se nos ha contado,
ante el riesgo
de conquista
de la izquierda
terrorista,
Madrid ha sido
tomado
por cantidades ingente
de madero
incompetente.
Pues que eran
sólo seis mil
los que el
Congreso rodeaban
y desarmados
coreaban
a este gobierno
servil,
nadie acertar
ha logrado
por qué este
circo han montado.
Ya que eran
tres mil quinientos
guindillas
movilizados,
todos
especializados
en surtir sin
miramientos
a los que
tengan delante
de hostias con
mucho talante.
Y así acabaron
las cosas;
los seis mil,
enardecidos,
se arrancaron
con bramidos
y se lanzaron
cual losas
contra los
pobres agentes
que se batieron
valientes.
Y aunque eran
muy prepotentes
fueron todos
rechazados,
a pesar que
iban blindados
y armados hasta
los dientes,
con los
valientes maderos
no pudieron los
muleros.
¡Qué tiempos aquellos! Creíamos en palabras
como libertad y democracia
Que ya están muy resabiados,
les han quitado
la paga
y toda su rabia
paga,
pues que están
ya muy quemados,
aquel que digan
que ataquen
aunque así bien
lo machaquen.
Y fueron
felicitados
por esta enorme
patraña;
que hay que
tener poca entraña
para ver que
hombres armados
atizan
salvajemente
a gente que es
inocente.
Nuestro
presidente incluso,
que debía andar
fumado
a la fiesta se
ha sumado
y como estaba
confuso,
ha alabado…
a ninguno,
¡que así iba él
de lobuno!
Y con lo que
está cayendo,
en la ONU
también se lució
cuando desde
allí pidió
en plan de toro
berrendo,
acabar con
Gibraltar,
y es que está
loco de atar.
La rabia dibujada en el rostro del policía, es muestra
de la saña innecesaria, y negada, con que golpean